La Filosofia del Karate - Do


Arte Marcial versus deporte

En la introducción al origen del Karate ya se ha explicado brevemente que el objetivo de éste es el dominio de las técnicas de autodefensa. Sin embargo, esto es solo una parte del tema.

Cuando el Karate empezó a popularizarse en Japón, el método de enseñanza no estaba desarrollado y cada maestro mostraba sus conocimientos a su manera. La forma tradicional de enseñar, dando la mayor importancia al dominio de los Kata y sin enseñar muchas técnicas de lucha, aburria a los alumnos. Así pues, y pese a la desaprobación de los maestros, los alumnos "crearon" su propio método de lucha, el Jiyu Kumite (combate libre). Hoy en día, tanto en Japón como en la mayor parte de los paises donde se practica, el Jiyu Kumite es la parte más importante del Karate.

La diferencia entre enseñanza tradicional (Katas) y práctica de combate (Kumite), divide hoy el mundo del Karate en dos variantes: Karate como deporte y Karate como arte. Ambas son válidas, aunque la segunda esté mucho más extendida, pero plantean algunos problemas.

El Karate como deporte es muy espectacular, pero también bastante peligroso. Y dejando aparte el hecho de la posibilidad de accidentes, resulta bastante incompleto en dos sentidos:
  • A nivel técnico. Poco a poco se filtran y se van dejando de lado aquellas técnicas que no son útiles en competición, pese a que fuera de un ring, y sin árbitros, pueden ser más prácticas.
  • A nivel mental. Si solo se aprenden técnicas de lucha, dando importancia a ganar en competición, todos los beneficios que trae consigo la práctica del Karate, se reducen al beneficio sobre la salud de la practica regular de un deporte (lesiones a un lado), sin ningún desarrollo colateral del carácter y el autocontrol.

El Karate artístico tradicional, digamoslo claramente, resulta aburrido para el común de la gente. Los beneficios de la repetición monótona y continuada de los Kata no se asimilan hasta después de mucho tiempo de práctica. De hecho, este es el motivo de que actualmente domine el Karate de competición en la mayoría de los gimnasios.

Sin embargo, el Karate es mucho más que estas dos formas de practicarlo, e incluso la suma de ambas. Dedicarse tan solo al estudio del combate o las técnicas de los Kata, es un estudio parcial.

Karate Budo

Texto del Maestro Toshio Tamano.

La diferencia fundamental entre el Karate Budo (el Karate como Arte Marcial) y el Karate deportivo reside, a mi entender, en el hecho de que éste último no tiene contacto alguno con la esencia del Budismo Zen, el cual, en cambio, se encuentra muy presente en el Karate tradicional.

El Karate Goju Ryu de Okinawa está enraizado en el Budismo Zen; concretamente deriva del boxeo chino del templo Shaolin, creado por los monjes de esta religión. En consecuencia, el Goju Ryu tradicional ha heredado el verdadero espíritu del Zen. El maestro Chojun Miyagi, creador de este estilo, afirmó que la meta del Karate es la misma que la del Budismo Zen, es decir, alcanzar la iluminación espiritual.

En la actualidad, el Karate deportivo se ha hecho popular en todo el mundo. Pero si insistimos demasiado en el aspecto deportivo, el espíritu del Budo se perderá, y las técnicas originales del arte marcial quedarán modificadas, perdiendo su significado real. Así, el público tendrá una idea erronea sobre el significado del verdadero objetivo de este arte.

Por esta razón tengo la convicción personal de que todos los karatekas, practiquen el estilo que practiquen, deben conocer el Karate Budo. Sin este punto de referencia, poco a poco, las técnicas y el espíritu del Karate irán muriendo y, en el futuro, el Karate quedará reducido a una simple práctica deportiva de lucha.


Significado de Shorei Kan

En las páginas de historia se explica el significado del nombre "Goju Ryu". Dentro de este estilo, el maestro Toguchi bautizó a su escuela como "Shorei Kan", que traducido, significa la escuela de la cortesía y las buenas maneras. El Karate no se considera tan solo un método de defensa personal, sino un camino a seguir en la vida, una forma de pensar y de actuar basada en el respeto a los demás.

El practicante de Artes Marciales debe impregnarse del Bushido (código del guerrero). Hay que pensar que, independientemente de nuestra edad, sexo u ocupación, todos nosotros somos en cierto modo guerreros, siendo la vida diaria nuestro campo de batalla. El que salgamos airosos o no del mismo dependerá de cuanto luchemos por mejorarnos en todas las cosas a nuestro alcance: la cultura, conocer nuestro mundo, respetar a los demás y a nosotros mismos.

Para recordarnos esto, en la entrada a los Dojos aparece escrita una serie de "normas", en realidad un código de conducta en el Dojo, que no ha de quedar limitado a dentro del mismo. Esta serie de normas recibe el nombre de Dojo Kun. Cada estilo de Karate tiene las suyas propias, aunque si se estudian en profundidad puede verse que aunque las palabras varían, es significado final viene a ser el mismo. El Dojo Kun de Shorei Kan ha sido escrito por el Maestro Toguchi.


A continuación el Dojo Kun

Ante todo, sé siempre cortés y humilde.

Ante todo, cultiva un espíritu pacífico.

Ante todo, aprende a ser paciente.

Ante todo, esfuerzate en convertirte en una persona mejor.

Ante todo, busca el desarrollo del espíritu y las técnicas del Karate en la misma proporción.

Ante todo, aplica los principios del Karate a la vida cotidiana.



Extracto del capítulo "Jutsu y Do - El Arte y el Camino", del libro de Seikichi Toguchi: "El Zen y el Camino del Guerrero".

"No existe puerta en el camino de la vida que rehuse abrirse ante aquellos que quieren pasar. Si quieres ir a cualquier parte, no importa qué camino elijas, hay miles y todos son buenos. Si, con suerte, alcanzas tu meta, el camino desaparecerá y tú te convertirás en el camino".

"No hay un camino para vuestra vida. Vosotros mismos sois el camino".


Estos son dos dichos que se oye repetir a menudo a los budistas Zen. Ilustran bien la complejidad del concepto de "Do" -el camino. Sin embargo, también es evidente que el camino es lo bastante accesible como para que se le pueda encontrar en nuestra vida diaria.

Hoy en día, hacemos referencia a la mayor parte de las artes marciales con el apelativo "-Do": por ejemplo, Karate-Do. En sus orígenes, todas las artes marciales se llamaban "Jutsu" (técnica). La esgrima era Ken-Jutsu, el tiro con arco, Kyu-Jutsu, el Karate, Karate-Jutsu, y así con todas. Cuando Jigoro Kano, el fundador del Kodokan y el Judo moderno, cambia el nombre de Jyu-Jutsu por Jyu-Do (Judo), numerosos artistas marciales siguieron su ejemplo. Ken-Do, Kyu-Do, Karate-Do.

¿Por qué este cambio?. Para comprenderlo, hemos de conocer la diferencia entre Jutsu y Do. Jutsu se refiere a la destreza, al grado o al nivel de habilidad, o a la competencia técnica, que solo algunas personas pueden alcanzar en determinadas disciplinas, después de muchos años de un duro entrenamiento especializado. En los tiempos antiguos, los artistas marciales, cualquiera que fuese su disciplina, trataban de lograr este nivel técnico de Jutsu.

Do, por otra parte, vá mucho más lejos. Como ya hemos mencionado, significa "camino". En un sentido alegórico, este camino es el camino de la vida, el camino que todos los hombres deben seguir para hacer realidad su naturaleza profunda. Para el budismo Zen, la meta de la vida es la iluminación espiritual, y el Do es el camino hacia esta iluminación.

También es esta iluminación la meta de las artes marciales. Incluso en los tiempos antiguos, el practicante de un arte marcial se esforzaba en llegar al Jutsu, no por la técnica en si misma, sino como un medio de seguir el Do y de alcanzar la iluminación. Para revelar al mundo moderno su aspecto profundo, las artes marciales han cambiado sus nombres de Jutsu a Do. Así, Karate-Do significa el camino hacia la iluminación a través de la práctica del Karate.

Seguir el Do puede ser para nosotros algo fácil y natural. Pero debe seguirse este camino toda nuestra vida si queremos realizar nuestra verdadera existencia y ser realmente nosotros mismos. De este modo, seguir el camino puede ser a la vez fácil y natural, y extremadamente difícil. La moyor parte de nosotros no es capaz de encontrar el camino, o, una vez encontrado, mantenerlo. Hace falta un espíritu fuerte, y perseverancia. La vida de los monjes Zen es un ejemplo de, a la vez, la simplicidad y la dificultad del camino.

En el Dojo de Karate siempre somos muy corteses entre nosotros. Una vez fuera de éste, algunos nos dejamos dentro la cortesía y los buenos modales. Somos una persona dentro del Dojo, y otra fuera. Muchos alumnos piensan que es posible que vayamos al Dojo para aprender cortesía y buenos modales al mismo tiempo que las técnicas del Karate. Por supuesto, está bien que se aprendan estos aspectos del Karate: es mejor que no aprender nada en absoluto. Pero este no es el verdadero sentido del Karate. No quiero decir que no tengais necesidad de aprender cortesía y modales: mas bien que ya deberiais conocerlos antes de entrar al Dojo.

Debo añadir que en un Dojo de Karate debeis aprender algo más elevado que las técnicas y que las cortesías, si pretendeis encontrar allí el camino. El Karate debe impregnar por completo vuestra vida, tanto dentro como fuera del Dojo. Debeis convertios en una sola persona, vosotros mismos, vuestro auténtico "yo".

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